La cirugía de vesícula laparoscópica, también conocida como colecistectomía laparoscópica, es un procedimiento quirúrgico utilizado para extirpar la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño que almacena bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. La colecistectomía laparoscópica es una forma menos invasiva de realizar esta cirugía en comparación con la colecistectomía abierta tradicional.
En la colecistectomía laparoscópica, se realizan varias incisiones pequeñas en la región abdominal. A través de estas incisiones, se insertan tubos delgados llamados trocares, uno de los cuales contiene una cámara de video (laparoscopio) que permite al cirujano ver el área de trabajo en un monitor. Otros trocares se utilizan para introducir instrumentos quirúrgicos.
El cirujano realiza la disección y la extirpación de la vesícula biliar utilizando los instrumentos a través de las pequeñas incisiones, y la bilis fluye directamente desde el hígado al intestino delgado después de la cirugía, ya que la vesícula biliar ya no está presente para almacenarla.
La colecistectomía laparoscópica tiene varias ventajas sobre la cirugía abierta, como una recuperación más rápida, menos dolor postoperatorio y cicatrices más pequeñas. La estancia hospitalaria también suele ser más corta en comparación con la cirugía abierta.
Este procedimiento se realiza comúnmente para tratar la enfermedad de la vesícula biliar, que puede incluir cálculos biliares y otras afecciones que afectan la función de la vesícula biliar. La decisión de someterse a una colecistectomía laparoscópica se basa en la evaluación médica individual y la gravedad de los síntomas. Es importante que un médico realice una evaluación completa y discuta las opciones de tratamiento con el paciente.